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InfoANALÍTICA 9(1)
Enero 2021
matitis atópicas, lesiones cutáneas y eccemas. Como lo indica Di Prisco (2011),
estas afecciones no solo se centran en el rostro, sino que suelen extenderse por
todo el cuerpo, afectando principalmente las manos y zonas delicadas como
la entrepierna. Por otro lado, según explica a Infosalud (2015), la doctora Ana
Rita Rodrigues, dermatóloga y miembro de la Academia Española de Derma-
tología y Venereología (AEDV), la existencia de metales en el maquillaje en sí
no induce reacciones en la piel, pero sí hay personas que pueden desarrollar
varios síntomas como alergias tipo dermatitis, enrojecimiento, descamación,
pequeñas vesículas, intoxicaciones, y mucho picor. Estas reacciones son loca-
les, lo que quiere decir que se presentan únicamente en los lugares que se ha
aplicado el cosmético. Particularmente, el uso de cadmio y arsénico en los la-
biales, pueden ocasionar intoxicación debido a su ingesta accidental. Andrea
Bouchot indica en su blog “EME de Mujer” que el bismuto, cobalto, y níquel
se encuentran presentes en las sombras, delineadores de ojos color azul o verde
y en las máscaras de pestañas. Estos pueden provocar sensibilidad cutánea y,
al estar tan cerca de los ojos, donde las mucosas están muy expuestas, pueden
ocasionar irritaciones como enrojecimiento en el párpado, ojos secos, o llegar
a enfermedades más graves como la blefaritis y conjuntivitis. A pesar de cono-
cerse los efectos adversos de metales en maquillajes, no se los ha sacado del
mercado; y, aunque en algunos países está prohibido su uso como elemento
puro, es completamente legal usarlos en forma de sales como conservantes y
anticorrosivos.
Después de varios estudios, la Administración de Alimentos, Cosméticos y Me-
dicamentos de EE. UU (FDA, por sus siglas en inglés) intentó implementar una
ley para la prohibición de la venta de cosméticos que contengan 13 de los quí-
micos más nocivos para la salud. Sin embargo, esta ley se estancó en la Legis-
latura de California el año pasado, debido a las trabas impuestas por oponentes
como el Consejo de Productos de Cuidado Personal y el Consejo Estadouni-
dense de Química. Es así que, en su artículo de Los Ángeles Times (2020), Gott-
lieb y Mayne denuncian que la FDA “tiene herramientas limitadas para
garantizar la seguridad de los cosméticos”; en otras palabras, el consumidor
está a disposición de las industrias cosmetológicas, pues estas temen que con